Luis Alberto Romero
Durante las últimas semanas, las noticias que tienen que ver
con delitos cometidos contra las mujeres y los niños en Veracruz han llamado la
atención de los medios informativos.
El pasado diez de abril,
la Policía Ministerial detuvo a José Hilario Ibarra Alarcón como
presunto responsable del delito de feminicidio en contra de su propia esposa;
después le encontraron una orden de aprehensión pendiente por el delito de
pederastia.
Un día después, el 11 de abril, el procurador de justicia
del estado, Luis Angel Bravo Contreras, anunció que la dependencia desarticuló
y detuvo a dos bandas delincuenciales, a secuestradores, feminicidas y
pederastas. Solo durante la primer semana de este mes fueron detenidos, en
diferentes operativos, cuatro pederastas en Córdoba, Acayucan, Zongolica y
Martínez de la Torre.
Luis Alfonso Hernández Báez fue capturado y el 25 de abril le
dictaron auto de formal prisión como presunto responsable del delito de
pederastia. Cuatro días después, este 29 de abril, en la víspera del Día del
Niño, en San Andrés Tuxtla fue detenido, también por la Ministerial, otro
presunto pederasta, el sexagenario Andrés Jiménez Toxtega.
Ayer, en conferencia de prensa, el procurador de justicia
del estado anunció el esclarecimiento de cinco feminicidios y la captura de dos
violadores y asesinos seriales en la zona centro de la entidad.
Ello nos habla de un importante esfuerzo por hacer que la
ley se cumpla y, sobre todo, por proteger tanto a niños como a mujeres.
En el caso de las mujeres veracruzanas habría que destacar
el rezago en materia de igualdad de derechos, problema que llega al extremo en
las zonas rurales e indígenas, donde empeora el cuadro de la violencia contra la mujer, sobre todo como cuando se
trata de indígenas o migrantes, niñas, discapacitadas o indigentes, víctimas
potenciales de todo tipo de abusos, atropellos y maltratos, de violencia
física, sexual o sicológica.
Es la realidad de un
estado como Veracruz, donde se han registrado avances importantes, como la
tipificación del delito de feminicidio. Sin embargo, los pasos en esa materia
no deben darse sólo en el tema de la legislación, ni en la atención a las víctimas;
sino en un cambio de mentalidad hacia una cultura de la no violencia y respeto
a las mujeres.
En el caso de los
menores, hay en Veracruz 2 millones 132 mil niños y niñas, el 18 por ciento del
estado. De acuerdo con la Secretaría del Trabajo, 136 mil de ellos laboran en
las calles, en el campo y en el comercio. Más del 7 por ciento de la población
infantil se encuentra en esa situación, lo que ubica a la entidad debajo de la
media nacional, que es del 10 por ciento.
En todo el país hay
22 millones de niños en condiciones de pobreza; y 5 millones, en pobreza
extrema. Las cifras negras de la realidad infantil en México nos dicen que el
60 por ciento de los niños mexicanos sufren violencia doméstica y que los
asesinatos contra menores de edad han aumentado de manera alarmante hasta
alcanzar una taza de 4 muertes por cada 100 mil habitantes, la más alta en la
última década.
Este 30 de abril, en escuelas e instituciones
públicas celebran el Día del Niño; es una fecha propicia para reflexionar sobre
la problemática de la infancia en México y en Veracruz. @luisromero85, http://luisromero85.blogspot.mx/
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