Luis Alberto Romero
De acuerdo con el Centro de
Investigación en Nutrición y Salud del Instituto Nacional de Salud Pública, el
cambio en los hábitos alimenticios ha provocado un alarmante aumento en los
índices de obesidad. De hecho, desde 2010, ese problema se convirtió en la primera
causa de muerte en nuestro país; ese año, más de 83 mil connacionales murieron
como consecuencia del sobrepeso.
Se trata de un problema que se ha
extendido a todas las clases sociales, pero que tiene una mayor incidencia en
la población más pobre.
El 70 por ciento de la población
enfrenta problemas de sobrepeso y una tercera parte de los mexicanos sufre
obesidad.
La Encuesta Nacional de Salud y
Nutrición de 2012 señalaba que casi el 37 por ciento de los niños de 5 a 11
años enfrentaba esa situación. Según la fuente, la prevalencia nacional de
sobrepeso y obesidad en la población adulta llegaba al 69.4 por ciento en
hombres y 73 por ciento en mujeres.
Para julio del año pasado, México
ya se había convertido en el país con mayor índice de obesidad en el mundo,
superando a los Estados Unidos, una estadística de la que no podemos
enorgullecernos porque implica otros problemas de salud pública: uno de cada
seis mexicanos padece diabetes, enfermedad que cada año cobra la vida de casi
70 mil personas; por otro lado, más del 26 por ciento de la población adulta
enfrenta problemas de colesterol alto, los candidatos a isquemias.
Especialistas en el tema de salud pública apuntan que en los últimos 30
años, los problemas de obesidad y sobrepeso han aumentado de manera exponencial
en nuestro país: hace 15 años, el índice en México apenas superaba el 23 por
ciento; tres lustros después, la cifra llegó casi al 33 por ciento. Analizando
esa tendencia y el acelerado ritmo de crecimiento, expertos en la materia
calculan que en 3 años más, la obesidad costará a nuestro país más de 70 mil
millones de pesos.
El reporte de la Secretaría de
Salud del Gobierno del Distrito Federal señala que el 25 por ciento de las
incapacidades laborales se
relacionan con estos padecimientos y que tres de cada cuatro camas de hospital
son ocupadas por pacientes con obesidad.
Veracruz, desafortunadamente, es
una de las entidades del país que enfrenta mayores índices de obesidad y
diabetes. Para atender esa problemática, la Secretaría de Salud y el DIF
estatal instrumentaron acciones para mejorar los hábitos alimenticios del
veracruzano, eliminar de la dieta infantil el consumo de golosinas y comida
chatarra, y promover una cultura contra el sedentarismo, actividad física y un
estilo de vida saludable.
Sin embargo, sería muy importante
que otras instancias de gobierno, como la Secretaría de Educación de Veracruz,
termine con la simulación en cuanto a la venta de comida chatarra en escuelas,
porque en las cooperativas de muchas primarias es común encontrar refrescos,
jugos azucarados y todo tipo de golosinas y comida con altos niveles de grasa y
carbohidratos.
El combate al
sobrepeso y obesidad podría ahorrar muchos problemas de salud pública y también
muchos recursos financieros al país y al estado. @luisromero85, http://luisromero85.blogspot.mx/
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