Luis Alberto Romero
Hace más de una
década comenzaron los problemas de movilidad en la capital de Veracruz.
Sin contar los
domingos y días festivos, prácticamente todo el año hay manifestaciones;
cálculos conservadores estiman que en Xalapa se registran más de mil 200 cada
año.
El problema se
complica por el enorme número de autos que circulan por las arterias de esta ciudad;
si se considera el número de habitantes, podríamos decir que la Atenas
Veracruzana es la ciudad que tiene más autos en el país, unos 160 mil ruedan
por las calles y avenidas y cada año, más de 10 mil unidades se suman al parque
vehicular xalapeño.
Por ello, las
últimas 4 administraciones municipales han considerado a la movilidad urbana
como un tema de necesaria atención y urgente solución; este es, junto con
limpia pública, alumbrado y mal estado de las calles, uno de los talones de
Aquiles del actual gobierno municipal.
Hace 9 años, en
octubre de 2005, el entonces alcalde Ricardo Ahued Bardahuil anunciaba tres
obras que contribuirían a mejorar la vialidad de Xalapa: la construcción del
bulevar del Norte, el distribuidor vial de Las Trancas y el Libramiento de
Xalapa; fueron útiles, pero ninguna de esas obras resolvió el problema de
fondo.
Tres años después, el sucesor de Ahued en la presidencia
municipal, David Velasco Chedraui, presentaba el Plan de Movilidad Urbana
Xalapa 2009, que incluían el cambio en el sentido de las vialidades, así como
circuitos que agilizarían la circulación. Ante las presiones del comercio y los
empresarios locales, ese ayuntamiento, de endeble determinación, terminó por
doblar las manos y dejar todo como estaba; el plan fue un fracaso.
Ya durante la administración de Elizabeth Morales García, en
marzo del año pasado se retomó el tema con el apoyo del gobierno estatal y se
presentó el proyecto denominado Movilidad 360, que contemplaba el cambio de
sentido en algunas calles, así como pares viales en la capital; de igual
manera, la sincronización de semáforos, el rediseño de vialidades, la
implementación de 7 circuitos de circulación continua, la instalación de
estacionamientos públicos, la reestructuración de las rutas del transporte
local y la construcción de 3 terminales para autobuses foráneos. Muy pocas de
las acciones anunciadas se llevaron a cabo y el problema se mantiene.
Hoy, la administración que encabeza Américo Zúñiga retomó el
tema de la movilidad urbana e inició el análisis de las posibles medidas a
implementar: pares viales, cambio de sentido en calles, nuevas rutas para el
transporte público, cierre del centro histórico para los automóviles y la
instalación de parquímetros.
Algunas de esas acciones ya se han desarrollado, como la que
se refiere a un primer cuadro peatonal; se trata de una propuesta de quien
fungía en 1989 como presidente de la comisión coordinadora del Centro Histórico
de Xalapa, Magno Garcimarrero Ochoa.
Otras son medidas que causarán polémica entre la población,
como los parquímetros, sobre todo si no se aclara qué empresa recibiría la
concesión de ese sistema, cuánto generaría en términos de recursos para el
municipio y qué se ocuparían éstos.
Lo cierto es que si
el ayuntamiento de Xalapa pone a la movilidad urbana la misma atención que a
los parques y jardines, a la basura, al alumbrado y al estado de las calles, la
estrategia estará condenada al fracaso. @luisromero85