viernes, 30 de mayo de 2014

Inseguridad y prevención


Luis Alberto Romero

El martes 6 de mayo fue un día de psicosis colectiva en Papantla, dos balaceras ocurridas en ese lugar se robaron la tranquilidad de un pueblo mágico y apacible. Un día después, las escuelas de esa cabecera lucían semivacías porque, ante el miedo, muchos padres de familia prefirieron que sus hijos no acudieran a tomar clases.

El lunes siguiente, 12 de mayo, el gobernador Javier Duarte acudió a ese lugar, donde anunció el operativo “Blindaje Norte”, que se enfocaría en la Huasteca y el Totonacapan, limítrofe con los estados de Tamaulipas, Hidalgo, Puebla y San Luis Potosí. De igual forma, el ejecutivo de Veracruz señaló que los cuerpos policiacos de 20 ayuntamientos de la zona norte serían depurados y que los comandantes municipales tendrían que aprobar los exámenes de confiabilidad.

Dos semanas después, el lunes 26, el gobierno veracruzano arrancó un operativo similar en el sur de la entidad, el “Blindaje Coatzacoalcos” incluye tareas de vigilancia del Ejército Mexicano, Armada de México, la Policía Federal y la Secretaría de Seguridad del gobierno estatal. En total, 535 elementos reforzarían la seguridad en Coatzacoalcos, Minatitlán y los municipios cercanos. Esa fuerza se suma a los 290 efectivos que ya se encargan de la seguridad en una región que limita con Tabasco.

Este jueves 29, Duarte de Ochoa estuvo en la zona centro, donde dio a conocer los detalles del programa “Blindaje Córdoba”, que destina 750 elementos de la federación y el estado a las tareas de seguridad. Ahí, el gobernador señaló que 14 municipios están incluidos en los operativos. Apuntó también que el índice delictivo en Veracruz iba a la baja y que el objetivo es evitar que la delincuencia de otras entidades llegue a operar a tierras veracruzanas.

Esa estrategia, que ya se desarrolla en la zona conurbada de Veracruz-Boca del Río, busca desalentar las actividades delincuenciales y evitar que las bandas que se dedican a los delitos de alto impacto, como el secuestro, la trata de personas y la venta de drogas, se establezcan en el estado.

Son acciones muy importantes y, además, necesarias. Sin embargo, es evidente que los recursos gubernamentales que se destinan a estas áreas están enfocados a la atención a un problema que forma parte de la realidad presente; es decir, se combate a la delincuencia pero no se previene el delito.

En febrero del año pasado, hace 15 meses, el presidente Enrique Peña Nieto presentó el Programa Nacional para la Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia, que incluye la participación de nueve secretarías de estado. Anunció, asimismo, recursos por 118 mil millones de pesos para las localidades y municipios con mayores índices delictivos.

En Veracruz actualmente funciona una dirección de prevención del delito que depende de la subsecretaría del ramo y que cuenta con recursos insuficientes; implementa básicamente cuatro programas: Jornadas Comunitarias, Escuela Segura, Empresa Segura y Policía Contigo, que no registran resultados contundentes.
Debido a ello, desde la presidencia de la Legislatura local se cocina una propuesta para integrar la Ley Estatal de Prevención Social para el Estado de Veracruz, que elevaría el tema a un nivel de legislación, iría en sintonía con las acciones del gobierno federal y ubicaría a la entidad como una de las primeras en el país en esa materia. @luisromero85, http://luisromero85.blogspot.mx/

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