Luis Alberto Romero
El pasado 30 de abril venció el plazo para que
los alcaldes de 209 municipios veracruzanos entregaran los planes de desarrollo
correspondientes al periodo 2014-2017.
El Plan Municipal de Desarrollo es la hoja de
ruta, el eje rector para el trabajo de los ayuntamientos. De acuerdo con la Ley
de Planeación del Estado de Veracruz y la Orgánica del Municipio Libre, los
Ayuntamientos tienen un plazo de cuatro meses, a partir de la toma de posesión,
para presentar ante la Legislatura del Estado dicho documento, que contiene los
objetivos, estrategias y prioridades del desarrollo municipal.
Del artículo 26 al 35 de la Ley de Planeación
se establecen las obligaciones de los municipios veracruzanos en esa materia;
sin embargo, no se especifican las sanciones en el incumplimiento de las
mismas.
Debido a ello, en algunas autoridades
municipales prevalecen desidia, desinterés e indolencia: justo por la mañana
del día límite para la presentación de los planes, el 30 de abril, únicamente
50 de los 209 municipios obligados habían acudido al Congreso veracruzano. Ese
día observamos un desfile de alcaldes que llegaron al cuarto para las doce a la
Legislatura estatal; muchos de ellos, con documentos elaborados prácticamente
sobre las rodillas.
Recordemos que en 3 municipios fueron anuladas
las elecciones locales, Chumatlán, Las Choapas y Tepetzintla, por lo que esos
casos tienen un plazo diferente.
Del tema habló ayer el diputado Raúl Zarrabal
Ferat, de la Comisión de Hacienda Municipal; señaló que al concluir el plazo y
luego de una prórroga de 15 días, la mayoría de los ayuntamientos cumplió con
el trámite; y que 13 de los 209 quedaron pendientes, entre ellos, Chalma,
Coyutla, Yanga, Acultzingo, Tenejapan y Acula, municipios pequeños cuyos
alcaldes evidentemente no cuentan con disposición ni capacidad para cumplir lo
que establece la ley veracruzana.
Sin embargo, el principal problema de la
planeación en los municipios de Veracruz no tiene que ver con la presentación
del Plan Municipal de Desarrollo, que es visto por los alcaldes sólo como un
trámite burocrático, sino con la falta de voluntad para cumplir con proyectos a largo plazo.
Lo peor, entonces, no es que los presidentes municipales
no integren ese documento, sino la falta de sanciones para quienes incumplen
con esa obligación que establece la Ley de Planeación del Estado.
Por si fuera poco, tampoco existe un trabajo
de seguimiento en la Legislatura para obligar a los alcaldes a cumplir con los
proyectos municipales que se presentan al arrancar las administraciones.
Hace poco más de un año, por cierto, el
Instituto Mexicano de la Competitividad reveló que tres de cada diez alcaldes
de las grandes ciudades del país no contaba con estudios profesionales y que el
66 por ciento de las autoridades de los municipios rurales ni tenían estudios
superiores.
Lamentable, pero en el caso de muchos alcaldes de
Veracruz y de México, la falta de preparación y capacidad para gobernar, para
cumplir las leyes y para plantear programas de gobierno los vuelve presas
fáciles de quienes buscan convertir los presupuestos municipales en botín para
engrosar la billetera personal. @luisromero85, http://luisromero85.blogspot.mx/
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