Luis Alberto Romero
El pasado 19 de mayo, el secretario de
seguridad pública del gobierno estatal, Arturo Bermúdez Zurita, anunció que la
dependencia reforzaría el trabajo de vigilancia en los principales municipios
de Veracruz y también en las zonas que limitan con otras entidades,
específicamente Puebla, Tamaulipas y Tabasco, aunque dicha acción se extendería
a la Huasteca Alta, debido a la proximidad de regiones de Hidalgo y San Luis
Potosí.
De igual manera, los trabajos de la mencionada
dependencia se intensificarían en los municipios más complicados en términos de
índices delictivos: Poza Rica, Papantla, Xalapa, Veracruz, Boca del Río y
Coatzacoalcos.
El gobernador Javier Duarte de Ochoa anunció
dos programas en materia de seguridad, los blindajes Norte y Coatzacoalcos, que
implican una mayor presencia policiaca y
una coordinación más eficiente con otras instancias, sobre todo, las
secretarías de Marina y Defensa Nacional, así como la Policía Federal.
Se trata de acciones que complementan a otras
estrategias en esa materia; en 2011, por ejemplo, fue implementado el programa
Veracruz Seguro; se año, el gobierno del estado inició una depuración de
policías y 4 mil elementos causaron baja, debido a que no cumplieron con los
requisitos establecidos en el Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Sin embargo, el problema no sólo se registra
en la policía estatal: las corporaciones municipales están todavía peor y en
ese sentido, Veracruz es fiel reflejo de la realidad nacional. De los 2 mil 439
municipios que integran los 32 estados de la República, unos 400 no cuentan con
policías propios; por otro lado, más de mil 200 municipios tienen menos de 20
elementos policíacos, que sirven de poco para el combate a la delincuencia.
Y es que lo común en
las policías municipales es la falta de preparación y capacitación, los bajos salarios,
las condiciones miserables en que operan las corporaciones y la falta de
armamento, vehículos y equipo de radiocomunicación. Con esas condiciones, las
policías son inoperantes y sus elementos son enviados a la calle en calidad de
asaltantes con charola.
Durante el sexenio de Felipe Calderón, cuando
más se recrudecieron los problemas de inseguridad y delincuencia organizada,
inició una estrategia nacional para dotar de mejores condiciones a los cuerpos
policiacos, que estaban ya rebasados. Antes de eso, en nuestro país, dos de
cada diez corporaciones asignaban a sus elementos salarios inferiores a mil
pesos mensuales; y cuatro de cada diez pagan menos de dos mil pesos a la
quincena. Hoy, por cierto, Veracruz es de las entidades que mejor pagan a sus
policías estatales, pero prevalecen severos rezagos en muchos municipios.
Sobre ese tema, ayer, la diputada Mariela
Tovar Lorenzo, presentó un punto de acuerdo en la Legislatura del Estado para
que los municipios veracruzanos se adhieran al programa “Policía Municipal
Acreditable” y que sus elementos cumplan con los controles de evaluación, a fin
de evitar la ineficiencia y el bajo nivel de confianza que impera en esas
corporaciones.
La información que reveló la
legisladora por el distrito de Papantla debe ser motivo de preocupación: 97 de
los 212 municipios no han enviado elementos a capacitación, 44 mandaron de uno
a 5, y sólo 35 llevaron de 6 a 10 policías. Esa es la realidad que registran los
ayuntamientos veracruzanos, cuyos alcaldes se concentran en el tema de la obra
pública y olvidan áreas determinantes, como educación y seguridad.
@luisromero85, http://luisromero85.blogspot.mx/
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