Luis Alberto Romero
La inseguridad amenaza prácticamente a todos
los sectores de la vida productiva. En la última década, la delincuencia
organizada ha recurrido a métodos cada vez más violentos y la lucha entre
bandas y cárteles por el control de territorios ha quedado en segundo término,
porque ahora el secuestro y la extorsión constituyen la principal preocupación
del mexicano.
El pasado 5 de mayo, el gobernador de
Michoacán, Fausto Vallejo, desestimó la situación de su estado en materia de
índices delictivos y declaró que su entidad es más segura que Jalisco,
Tamaulipas, Morelos, Estado de México y Veracruz, debido a que los trabajos de
vigilancia son realizados por la federación.
Lo que no dijo Vallejo Figueroa es que el
gobierno federal determinó asumir el control de Michoacán debido, primero, a la
situación insostenible en materia delictiva y, segundo, sobre todo, a que el
gobierno local literalmente estaba bajo control y comiendo de la mano del
hampa.
Aunque no llega a los extremos del Estado de
México, Guerrero, Morelos y Tamaulipas, en varias regiones de Veracruz la
inseguridad y la presencia de grupos delincuenciales son temas preocupantes.
De 2006 a 2008, por
ejemplo, el índice delictivo que registraba la zona norte del estado, desde la
Huasteca Alta a la región del Totonacapan, pasando por Poza Rica y las sierras
de Chicontepec y Otontepec, era alarmante y constantes eran los secuestros, las
extorsiones y los homicidios relacionados con la delincuencia organizada.
Después vino la crisis en
materia delictiva, que puso a Veracruz en el mapa de la nota roja nacional. El
2010, la guerra del gobierno federal contra las bandas delincuenciales tuvo en
la entidad a uno de sus campos de batalla; probablemente, la cúspide de ese
problema llegó con el asesinato de 35 personas que fueron encontradas frente a
una plaza comercial de Boca del Río.
De manera más reciente se han registrado
brotes relacionados con la presencia de bandas que se dedican a delinquir en
diferentes regiones de Veracruz, pero sobre todo en el norte veracruzano.
Hace unos días, un enfrentamiento a balazos en
el centro de la cabecera municipal de Papantla causó zozobra entre una
población acostumbrada a la tranquilidad.
Debido a ello, el gobernador del estado
trasladó su conferencia de prensa a ese municipio, donde realizó dos anuncios
en materia de combate a la delincuencia: primero, el fortalecimiento del
programa “Blindaje Norte”, que tiene como objetivo reducir los niveles de
inseguridad con una mayor presencia de la policía estatal y con la suma de
esfuerzos de los cuerpos federales; segundo, que se instrumentarán acciones
conjuntas con las entidades con las que Veracruz tiene límites territoriales
comunes.
En Martínez de la Torre, el viernes 9 de mayo,
Javier Duarte de Ochoa se reunió con su homólogo de Puebla, Rafael Moreno
Valle, y con los representantes de las Secretarías de Marina y Defensa
Nacional, para establecer acciones que refuercen la seguridad y la prevención
del delito en la zona limítrofe.
Se trata de reconocer, enfrentar y buscar la
solución a un problema que es evidente; y no desentenderse y negar la realidad,
como ocurre en el estado de Michoacán. @luisromero85, http://luisromero85.blogspot.mx/
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