Luis Alberto Romero
Si bien los reportes oficiales hablan de una reducción en los índices
delictivos en Veracruz, los hechos violentos siguen acaparando la atención de
los medios y las redes sociales, debido, por supuesto, a su alto impacto.
Los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad
Pública establecen, por ejemplo, que al último corte, correspondiente a
noviembre del presente año, en la entidad se han registrado más de 43 mil
delitos; entre éstos se cuentan 17 mil robos. También hay 956 homicidios y 90
secuestros, por citar los ilícitos de más alto impacto.
A estas alturas del año pasado ya se habían contabilizado poco menos de
46 mil delitos, 18 mil 500 robos, mil homicidios y 144 secuestros.
Habría que señalar que los números y las estadísticas de 2014 y 2015
nada tienen que ver con lo registrado en 2013, cuando se cometieron en Veracruz
más de 72 mil delitos; de éstos, casi 27 mil 500 robos, mil 723 homicidios y
109 secuestros.
Un año atrás, en 2012, se registraron los peores números en materia
delictiva para Veracruz: fueron casi 78 mil ilícitos, 28 mil robos, casi dos
mil asesinatos y 91 secuestros, que encendieron los focos rojos y ubicaron a la
entidad entre las más violentas del país.
Afortunadamente, los números de 2012 se redujeron en un 40 por ciento
en cuanto al número total de los delitos; por otro lado, los homicidios bajaron
a la mitad, aunque los índices de secuestro se mantienen prácticamente igual.
La percepción es otra cosa; en ese rubro, la opinión de los
veracruzanos, casi generalizada, es que vivimos en una entidad insegura, con
altos índices delictivos y con frecuentes hechos de sangre.
Un ejemplo de esos hechos violentos ocurrió este lunes por la
madrugada, cuando un hombre fue agredido para posteriormente morir en el Centro
de Especialidades Médicas. Momentos después, tras una balacera entre los
presuntos agresores y los elementos de la fuerza policiaca estatal, tres
personas murieron.
Lo peor es que hechos como el mencionado se registran con una
indeseable frecuencia en Veracruz; ya es común que los medios informativos de
las diferentes regiones de la entidad, desde la zona Olmeca, en el sur, y los
Tuxtlas, hasta la capital, las altas montañas, el Totonacapan y la Huasteca,
consignen hechos relacionados con la violencia y los homicidios.
No sólo los medios, las organizaciones no gubernamentales también han
expresado su preocupación en torno a los hechos violentos; recientemente, por
ejemplo, el Observatorio Ciudadano de Coatzacoalcos se refirió a lo que
consideró como una ola de violencia e inseguridad sin precedente en el sur de
Veracruz. Dicha organización maneja cifras muy diferentes a las estadísticas oficiales;
afirma que en el primer semestre de 2015 hubo un homicidio cada 48 horas en esa
región y que para el segundo, el reporte es de un homicidio doloso cada 36.
Debido a esa tendencia y a los obligatorios esfuerzos por enfrentar el
problema de la delincuencia, el rubro de la seguridad en la entidad ha sido de
los más atendidos en términos presupuestales. Después de las secretarías de
Educación, a la que se aprobaron recursos por más de 38 mil millones de pesos;
y de Salud, a la que se canalizarán poco más de 6 mil millones; el área del
gobierno del estado que más recursos recibirá en 2016 es la Secretaría de
Seguridad Pública, con 3 mil 615 millones de pesos; es decir, más de lo que
ejercerán, juntas, las otras 14 dependencias estatales.
FASP, menos de 300 millones para
Veracruz
Por otro lado, en el contexto federal y de acuerdo con el Presupuesto
de Egresos de la Federación, los recursos que recibirá Veracruz dentro del
Fondo de Aportaciones para la Seguridad Pública, ascienden a 298 millones 775
mil pesos.
A pesar de ser el tercero con mayor población, 7 millones 643 mil 194
habitantes de acuerdo con el Inegi, a Veracruz se le asignaron recursos
inferiores a los aprobados para entidades como Sonora, Estado de México,
Jalisco, Distrito Federal y Chiapas. Incluso Baja California recibirá en 2016
más recursos del FASP.
En el tema de la seguridad pública, el presupuesto asignado por dicho
fondo para Veracruz llama la atención porque, evidentemente, la variable de la
población no fue la única en considerarse para la distribución de los recursos.
Hubo otros factores que resultaron tan importantes en esa evaluación: el
combate a la delincuencia en cada entidad; la incidencia delictiva; el
resultado del control de confianza de los elementos de las policías estatales;
y los sistemas penitenciario y de justicia penal. Por la suma de todos esos
factores, Veracruz no fue el tercer estado en recibir más recursos del FASP,
sino el séptimo; y casi es superado por Nuevo León, Puebla y Tamaulipas.
Aun así, el tema de los recursos asignados a la
seguridad pública en la entidad, tanto por el presupuesto estatal como por el
de Egresos de la Federación, no deberá ser un pretexto para los resultados.
Esperemos ahora que la tendencia en materia de índices delictivos se mantenga a
la baja en 2016 y no aumente, como ha ocurrido en anteriores cambios de
administración estatal. @luisromero85