Luis Alberto Romero
La fuga de gas y posterior explosión ocurrida este jueves en
el hospital infantil de Cuajimalpa, en el Distrito Federal, registró un saldo de
dos personas fallecidas y 66 lesionadas; el inmueble, literalmente, quedó
reducido a escombros y ese hecho colocó en el ojo del huracán a la empresa “Gas
Express Nieto”.
La Procuraduría de Justicia del Distrito Federal inició la
averiguación previa por los delitos de homicidio y lesiones culposas y, de
antemano, se habla de una negligencia de dicha empresa, que opera en la mayor
parte del país, incluidos 10 puntos de la entidad: Alvarado, Cardel, Coatepec,
Córdoba, Cosamaloapan, Emiliano Zapata, La Mancha, Martínez de la Torre,
Veracruz y Xalapa.
Lo sorprendente, sin embargo, no sólo es el accidente, que
resultó catastrófico y lamentable por su saldo fatal, sino el hecho de que esa empresa
sigue sus operaciones normales después de que sólo en los primeros nueve meses
de 2014 registró casi 700 fugas de gas únicamente en el Distrito Federal; y en
cuatro años habría provocado seis accidentes con víctimas mortales.
En ese sentido, la explosión de Cuajimalpa debe servir para extremar
la vigilancia sobre la operación de las empresas de ese y otros giros que tienen
que ver con el manejo de productos de riesgo.
Habría que considerar
que junto con Estado de México, Distrito Federal y Jalisco, Veracruz se ubica
entre las entidades con más accidentes relacionados con fugas, derrames,
incendios y explosiones, de acuerdo con datos del Centro Nacional de Prevención
de Desastres; a pesar de ello, no se observan acciones ni sanciones contra las
empresas que manejan productos potencialmente peligrosos. Esperemos que con el
cambio de secretario de Protección Civil en el estado, el nuevo titular se
preocupe más por estos temas y menos por las cuestiones político electorales.
@luisromero85