martes, 29 de abril de 2014

Los estragos del granizo

Luis Alberto Romero
El Sistema Nacional de Protección Civil reconoce en Veracruz riesgos geológicos, hidrometeorológicos y sanitarios; en la entidad pueden ocurrir inundaciones, sismos, frentes fríos, huracanes, ciclones, heladas, sequías, deslizamientos, incendios forestales y fugas de sustancias peligrosas, como los frecuentes derrames de hidrocarburo que ponen en riesgo a la población que se ubica en las zonas petroleras, al igual que granizadas como la ocurrida este domingo en la capital veracruzana.
Habría que destacar que en materia de control de riesgos, la entidad ha sido ejemplo nacional; sin embargo, esta vez la población no recibió una voz de alerta y nadie se preparó para un problema de la magnitud del registrado el domingo, cuando pedazos de hielo de hasta 10 centímetros de diámetro destruyeron techos, láminas, ventanas e instalaciones públicas. Hubo probablemente 10 mil casas y 3 mil autos dañados.
Lo que particularmente llamó la atención fue el manejo de la información desde la Secretaría de Protección Civil del Gobierno del Estado; apenas había cesado la lluvia y la granizada cuando dicha dependencia, sin realizar un recorrido de supervisión en las colonias afectadas, se apresuró a informar que no hubo daños tras dicho evento meteorológico.
De inmediato, las redes sociales echaron abajo la declaración oficial con la constancia fotográfica de las casas y los autos dañados, al igual que las instalaciones de la Central de Abastos, la SEV y el Registro Civil.
Enmendaron el error, luego de que el gobernador del Estado, personalmente, realizó un recorrido por las colonias que concentraron los mayores daños y anunció apoyos extraordinarios para los damnificados.
Por la noche del domingo y la madrugada del lunes, Protección Civil instaló albergues y realizó un recorrido por las colonias Las Cruces, El Olmo, Las Trancas, Bugambilias y Moctezuma, lo que tampoco dejó satisfechas a las familias afectadas, que acusaron cierta predisposición de ese personal para sólo contar cristales y olvidarse de los techos.
Llamó la atención también el apresurado anuncio del ejecutivo estatal, en el sentido de que el gobierno veracruzano absorbería el costo tanto de las afectaciones a las viviendas como de los daños a los automóviles.
Al parecer, las autoridades no calcularon la magnitud del problema, ni el costo que representa, en términos económicos, el apoyo a los damnificados. Lo cierto es que fueron tantas las peticiones que las líneas telefónicas quedaron saturadas.
Este lunes, en conferencia de prensa, el diputado Uriel Flores Aguayo dijo algo importante: que urge un estudio de cambio climático; que la población no fue alertada a tiempo; y que el gobierno estatal debe, por un principio básico de humanidad y solidaridad, dar apoyo a las familias pobres cuyas casas resultaron dañadas en sus techos, láminas y cristales; sin embargo, no es una obligación el pago de parabrisas, medallones  y daños a los vehículos.
De considerarse una obligación gubernamental la reparación de los autos afectados, entonces también deberían responder, los municipios, el estado y la federación, por los desperfectos que registran los autos en las llantas y suspensiones como consecuencia de los incontables baches en calles, avenidas y carreteras. @luisromero85, http://luisromero85.blogspot.mx/




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