lunes, 21 de abril de 2014

Marginados, pobres y migrantes


Luis Alberto Romero

 

Durante al menos dos décadas, el fenómeno de la migración ha dejado a cientos de comunidades rurales veracruzanas abandonadas y con familias desintegradas. Hay poblaciones en las que sólo viven ancianos, mujeres y niños, porque los hombres, desde los 13 o 14 años, salen para buscar el empleo que aquí se les ha negado.

Un caso que podríamos usar como ejemplo de la realidad del sector rural de Veracruz es Atzalan, municipio ubicado en la zona montañosa, muy cerca de Altotonga y Perote.

Se trata de un lugar muy pobre y marginado; tiene cerca de 50 mil habitantes, de los cuales 18 mil, casi el 37 por ciento, viven en pobreza extrema. Encontramos aquí 18 comunidades en muy alta marginación. Por otro lado, 152 de las 197 localidades, el 77 por ciento, son ubicadas en la casilla de alta marginación.

Es un municipio pobre y marginado, a pesar de la riqueza que generan los cítricos y el café en las zonas baja y media.

Sin embargo, en la parte alta, los habitantes de comunidades como Tepeycan, Aguilera, Xontaxpan, Cerro de Barreras, Cruz Gorda, Cañada de Castilla, Tepetzintla y Loma Alta viven una realidad que lo mismo incluye falta de empleo que problemas para la manutención familiar.

Debido a ello, cada semana, dos autobuses salen de las comunidades de la zona alta de Atzalan con destino a la frontera norte. Por eso, en este municipio es difícil encontrar a una familia que no esté relacionada con el fenómeno de la migración; también es complicado encontrar a una familia que no esté ligada al tema de la pobreza.

Aquí, quienes se dedican al traslado de personas a los Estados Unidos, los famosos polleros, son personajes conocidos por todos y por algunos, incluso, apreciados. Hace cinco años, en 2009, Aureo Ferra Hernández, quien se dedicó por mucho tiempo a esta actividad, conocía tan bien su negocio y su territorio, que se perfilaba como posible candidato del PRI a la presidencia municipal; ya había ocupado la dirección de desarrollo social en el ayuntamiento y probablemente hubiera llegado a la alcaldía de no ser porque en septiembre de ese año, una bala lo privó de la vida cuando se encontraba en la comunidad de Napoala.

Pues bien, Atzalan es uno de los muchos municipios mexicanos donde el desempleo, la pobreza y los altos niveles de marginación han disparado el fenómeno migratorio por años.

El cambio en la tendencia radica en que hasta hace una década, la migración era un tema casi exclusivo de las zonas rurales o indígenas y de pequeños asentamientos; hoy, las ciudades veracruzanas también expulsan mano de obra a los Estados Unidos; de hecho, Veracruz es la sexta entidad del país en cuanto al número de migrantes. Se estima que más de 600 mil veracruzanos trabajan en la Unión Americana.
Habría que agregar que las remesas; es decir, los recursos que genera la mano de obra veracruzana en los Estados Unidos, han contribuido a mejorar el nivel de vida en las diferentes zonas expulsoras de migrantes, donde las oportunidades de empleo son prácticamente inexistentes. @luisromero85, http://luisromero85.blogspot.mx/

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