Luis Alberto Romero
Durante casi 3
décadas, el cultivo y, sobre todo, la comercialización del limón sólo era
noticia para los citricultores; este año, sin embargo, por las temperaturas
atípicas y por el exceso de humedad en los principales estados productores, los
precios alcanzaron niveles máximos históricos y ese fruto se volvió casi
prohibitivo para la mayoría de los consumidores mexicanos.
Ante la escasez, las
tiendas de autoservicio y los supermercados ofrecían el cítrico hasta en 60
pesos el kilogramo.
Apenas este lunes,
el gobernador de Veracruz , Javier Duarte, anunció que la entidad aumentará su
contribución de limón persa, a fin de disminuir el precio en el mercado
nacional. Se refirió también a la importancia de este cultivo para Veracruz: 15
mil productores, 50 mil hectáreas que generan una derrama económica al estado
por dos mil 400 millones de
pesos al año.
Para abundar sobre
el tema citrícola consultamos a Antonio
Soberón Ferrer, quien preside la Comisión Nacional de
Comercialización de Productos Cítricos del Consejo Nacional Citrícola y el Consejo
Estatal Citrícola de Veracruz.
Explica que
generalmente, los meses de
noviembre a marzo registran altos precios en los cítricos y particularmente en
la lima persa, producto en el que Veracruz ocupa el liderazgo nacional. Esos
meses no hay producción de limón y, por tanto, los precios son altos.
Sin embargo,
decíamos, el año pasado se registraron condiciones específicas adversas para
este cultivo, lo que provocó que la floración se perdiera.
Apunta Soberón
Ferrer que no existen antecedentes de precios tan altos en la historia de la
citricultura nacional. De hecho, en las huertas, el kilogramo de ese fruto se
cotizaba en 20 pesos.
Por si fuera
poco, el problema de los precios se complicó porque los especuladores vendían
el cítrico hasta en 60 pesos y al consumidor llegaba todavía más caro.
El problema –apuntó–
se agrava por la excesiva presencia de intermediarios y acaparadores; y también
por el hecho de que en 70 por ciento de la producción para el consumo nacional
es controlada por dos grandes cadenas de comercialización que han sido
apoyadas, incluso subsidiadas, con ese propósito por el gobierno federal.
La buena
noticia para los consumidores es que con o sin anuncio gubernamental de por
medio, las proyecciones apuntan hacia una disminución en los precios, hasta
alcanzar los 8 o 9 pesos por kilogramo en las huertas, debido a que la
floración de enero y febrero comenzará a
producir frutos a partir de este mes.
Por otro lado,
el problema para la citricultura estatal no pasa por los precios, porque éstos
se rigen por las condiciones del mercado internacional; los principales
obstáculos para el desarrollo de ese sector van desde las amenazas fitosanitarias
hasta la falta de concientización de los productores sobre el tema de la
sanidad.
Y por si las
amenazas no fueran suficientes para los citricultores, es evidente la falta de
actos de autoridad para hacer que las normas fitosanitarias, como las que se
refieren a la movilización de frutos, se cumplan cabalmente.
Y es que los
recursos para los programas, que son cuantiosos, se prestan a los actos de
corrupción que prevalecen, sobre todo en el tema de la certificación de los
embarques. @luisromero85, http://luisromero85.blogspot.mx/
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