Luis Alberto Romero
Luego de su
publicación en el Diario Oficial de la Federación, el pasado 10 de febrero
entró en vigor la reforma político-electoral en nuestro país e inició un
proceso de renovación del instituto responsable de la organización de los
procesos electorales.
Así fue creado el
Instituto Nacional Electoral, que sustituye al desaparecido IFE. Los once
nuevos consejeros, con Lorenzo Córdoba en la presidencia, rindieron protesta el
viernes 4 de abril y tres días después dieron a conocer el presupuesto que
ejercerá el organismo durante 2014, 11 mil 833 millones de pesos, los mismos
que tenía presupuestado el Instituto Federal Electoral.
En cuanto a la
distribución de esos recursos, casi 7 mil 800 millones serán ocupados en los
gastos de operación del INE y poco más de 4 mil millones para el financiamiento
a los partidos políticos.
Ayer, el Diario
Oficial dio a conocer el presupuesto y los montos que percibirán los consejeros
electorales, más de 182 mil pesos mensuales entre salario base y compensaciones
para cada uno.
Lo importante es que
el nuevo instituto mantiene la organización de las elecciones federales y
asumirá también, junto con los institutos estatales, el control de los comicios
locales en estados y municipios.
Entre los cambios destaca el tema de la estructura del INE: anteriormente,
el IFE estaba integrado por un presidente y 8 consejeros; ahora serán 10. Por
otro lado, el nuevo organismo tiene la facultad de designar y remover a los
consejeros estatales; hay seis por entidad y cada uno se mantendrá en el cargo
por siete años.
Recordamos que entre los argumentos que manejaron en su momento los
promotores de la desaparición del IFE se encontraban básicamente tres: hacer
más eficiente el manejo de los recursos públicos; dar certeza a la organización
y a los resultados de los procesos electorales; y evitar la intromisión de los
gobernadores en las decisiones de los institutos estatales.
Sin embargo, es muy probable que con estos cambios no se alcance ahorro
alguno en el tema económico y que este nuevo instituto sea más caro que la suma del
IFE y los órganos electorales de los estados.
Por otro
lado, hay opiniones en el sentido de que la creación del INE y, sobre todo, la
subordinación de los organismos estatales, son medidas que van contra el
principio del federalismo porque tienden a centralizar la toma de decisiones.
En todo
caso, valdría la pena preguntar si esas medidas garantizan realmente que los
gobernadores no metan las manos en la organización de los comicios en los
estados e inclinen la balanza para favorecer a sus candidatos.
Hoy, el IFE
y los institutos estatales electorales son los villanos favoritos, los blancos
de las críticas de actores políticos. En Veracruz, por ejemplo, el secretario
general del PAN, Bernardo Téllez, dijo que con el INE se terminarán los vicios
y lo que calificó como los impunes atentados contra la democracia; lo cierto es que el 84% de las resoluciones de los
institutos estatales ha sido confirmadas por el tribunal federal electoral y no
se espera un cambio realmente importante con la entrada en vigor de los
cambios. @luisromero85, http://luisromero85.blogspot.mx/
No hay comentarios:
Publicar un comentario