Luis Alberto Romero
En el tema de los impuestos, nuestro país ha realizado
esfuerzos por combatir evasión y elusión fiscal. Cada gobierno en turno realiza
las reformas que puede para alcanzar una mayor recaudación; sin embargo, los
números, que son la base de los estudios económicos, nos dicen que México se
ubica entre los países con más baja tasa de recaudación, menos del 10 por
ciento del Producto Interno Bruto, si exceptuamos a los ingresos petroleros.
Por otro lado, la tasa de evasión fiscal es de las más
altas; entre 30 y 40 por ciento de la recaudación potencial, lo cual nos habla
de serias deficiencias en el régimen tributario.
Actualmente, la mayor parte de los ingresos del país,
mediante el cobro de impuestos, proviene del ICA y del ISR de personas morales
y físicas con retenciones de salarios, ingresos por arrendamientos, servicios
profesionales y actividades empresariales; en esos rubros, de acuerdo con
estimaciones oficiales, la tasa de evasión es del 25 por ciento, lo que
equivale al 3 por ciento del Producto Interno Bruto.
Todas las reformas, sin excepción, se han enfocado a subir
la tasa de impuestos o a la creación de nuevos gravámenes para elevar la
recaudación; en todos los casos, el fracaso es producto de las deficiencias a
la hora de incorporar a la economía informal. La evasión sigue siendo un
problema sin resolver en este país.
De alguna manera, para combatir esta situación, la
Secretaría de Hacienda, dentro de la Reforma Fiscal 2014, eliminó el Régimen de
Pequeños Contribuyentes e incluyó el Régimen de Incorporación Fiscal para
encasillar a las personas físicas que registran poca capacidad económica y
administrativa.
Para alentar la incorporación de contribuyentes, se dio a
conocer un programa de descuentos en el Impuesto Sobre la Renta, que incluye
reducciones del 100 por ciento en el primer año, 90 en el segundo y así
sucesivamente hasta llegar a un descuento del 10 por ciento en el décimo año;
cumplido este plazo, las contribuyentes inscritos deberán tributar en el
régimen de personas físicas con actividades empresariales.
En sus cuentas alegres, el Servicio de Administración
Tributaria afirma que debido a los estímulos y a las facilidades otorgadas, 4 millones
100 mil contribuyentes se incorporaron al nuevo régimen.
Aristóteles Núñez, jefe del SAT, señaló que quienes se
incorporen podrán contar con acceso a financiamiento y seguridad social, además
de la posibilidad de ampliar su cobertura operativa y estar exentos del pago de
impuestos durante el primer año.
Lo que no calcularon es el nivel de descontento social, las
críticas al nuevo régimen y las resistencias de sectores que se sienten afectados
por las nuevas reglas.
En Xalapa, Ernesto Pérez Astorga, presidente de la Canaco
local, estimó que el comercio informal aumentó en un 60 por ciento en los
últimos dos meses. Expuso que muchos pequeños contribuyentes optan por
suspender actividades formales, como una consecuencia de una economía deprimida
y de las nuevas disposiciones fiscales.
El representante del comercio organizado sostuvo que la
informalidad podría aumentar en un 80 por ciento en esta capital.
Es curioso, pero mientras enormes filas se observaban en las
oficinas del SAT en Xalapa, contribuyentes tramitando de última hora su firma
electrónica avanzada, la fiel, muchos más están pensando la manera de evitar el
grillete que coloca hacienda, para incorporarse a la economía informal.
@luisromero85, http://luisromero85.blogspot.mx/
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