Luis Alberto Romero
El pasado sábado 14
de junio, un grupo armado asaltó en el sur de Veracruz al tren de carga
conocido como La Bestia; el saldo: una persona fallecida y dos lesionados de
gravedad.
De acuerdo con los
datos que ofrecieron los migrantes que sobrevivieron a esos hechos, los
delincuentes exigían el pago de una cuota para permitirles continuar su camino.
Ante la negativa, los asaltantes abrieron fuego con el resultado citado.
No es el primer
atraco de esta naturaleza: el 26 de marzo, muy cerca del municipio de
Cosoleacaque, también en sur de Veracruz, un comando asaltó a los migrantes que
circulaban a bordo de La Bestia, a quienes exigieron el pago de cien dólares
por persona. Dos centroamericanos perdieron la vida y uno más sufrió la
amputación de las extremidades inferiores.
Recordamos,
entre los muchos asaltos ocurridos sobre esas vías, los hechos del 27 de noviembre
del año pasado, cuando un ataque contra migrantes a la altura del municipio de
San Juan Evangelista arrojó un saldo de dos personas muertas y una lesionada.
La Bestia inicia su marcha en las ciudades de Tenosique, Tabasco, y
Tapachula, Chiapas; pasa por la zona centro y sur de Veracruz y después cruza
por entidades como Tamaulipas, San Luis Potosí y Nuevo León; en otra ruta, el
tren marcha sobre Coahuila, Chihuahua, Sonora y Baja California. Sin embargo,
de acuerdo con datos oficiales, el paso por el Golfo de México y Nuevo León es
el más peligroso para los migrantes que emprenden el viaje a los Estados
Unidos.
Hace un mes, en
mayo, el secretario de salud del gobierno estatal, Juan Antonio Nemi Dib,
declaró que Veracruz es el primer estado en procurar la salud de los migrantes
y que, en ese contexto, había diseñado una estrategia para atender a ese
sector.
Incluso, el
funcionario expuso que cada año, la Secretaría de Salud practica más de 200
cirugías a migrantes mutilados en su paso por Veracruz; la mayoría, como
consecuencia de caídas del tren. Esa atención, por cierto, no sólo incluye la
cuestión médica, sino también la prótesis y, en muchas ocasiones, también el
proceso de rehabilitación. De hecho, cada tercer día, uno y hasta dos migrantes
son amputados en la entidad.
Debido a esos
niveles de inseguridad, el Sistema Nacional de Seguridad Pública reveló que
durante 2013, las estadísticas de los delitos relacionados con el tráfico de
migrantes se dispararon en un 172 por ciento en Veracruz.
Lugares
como Coatzacoalcos, Tierra Blanca y Orizaba son escenarios frecuentes de abusos,
atropellos y actos delictivos contra este sector. Fray Tomás González Castillo,
coordinador de la Casa del Migrante “La 72”, por ejemplo, expuso que de cada
100 mujeres que cruzan por Veracruz, 50 son víctimas de violaciones y trata.
La Procuraduría de Justicia
del Estado, a cuyo frente se encuentra Luis Angel Bravo Contreras, denunció a
las dos empresas que operan La Bestia, Kansas City Southern y Ferrosur, por su
presunta responsabilidad, por acción u omisión, en ilícitos y violaciones a los
derechos humanos, ya que, presuntamente, el propio personal del tren apoya a
las bandas que se dedican al asalto a los migrantes, que son víctimas de robos,
extorsiones, trata de personas e, incluso, como en el caso del sábado, asesinatos.
@luisromero85
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