Luis Alberto Romero
Las diferencias entre los grupos internos del Partido Acción
Nacional no son nuevas y hasta podríamos calificarlas como normales dentro de
cualquier instituto político, porque además de ideas comunes también existe la
confrontación por espacios, posiciones y candidaturas.
Igual ocurre en el Partido Revolucionario Institucional,
aunque ahí las diferencias no se dirimen de manera pública; tenemos un ejemplo en
el proceso de selección del candidato a la presidencia municipal de Xalapa en
2010; Américo Zúñiga era secretario del Trabajo y se perfilaba como el más
viable aspirante a suceder a David Velasco Chedraui; sin embargo, en el camino
de Zúñiga Martínez se interpuso la ex diputada federal Elizabeth Morales
García, quien finalmente fue postulada debido a que garantizaba una mayor votación
para su partido. El hoy alcalde tuvo que esperar tres años para ocupar esta
posición, tiempo suficiente para alimentar los resentimientos que hoy se reflejan
contra su antecesora.
Igual ocurre en el Partido de la Revolución Democrática, donde
la división y el enfrentamiento entre las tribus resultan ya proverbiales y
predominan las acusaciones y descalificaciones mutuas.
En el caso de Acción Nacional, dos grupos se han conformado
en el escenario estatal: por un lado, el que encabeza Miguel Angel Yunes
Linares, integrado también por Víctor
Serralde Martínez, Joaquín Rosendo
Guzmán Avilés y José Mancha Alarcón; y por otro, el llamado grupo estatal, en
el que se encuentran Tito Delfín Cano, Julen Rementería del Puerto, Juan Bueno
Torio, Germán Yescas y Enrique Cambranis Torres.
Son esos los dos grupos que predominan en el blanquiazul
veracruzano, mismos que ya han medido
fuerzas anteriormente, en la selección de consejeros, en la elección del
dirigente nacional, y actualmente en el proceso de renovación del comité
estatal.
El más reciente desacuerdo ocurre actualmente con el tema de
la reforma electoral veracruzana: en su propuesta ante la Legislatura del
Estado, la bancada panista propuso que el próximo gobernador de la entidad
ocupe el cargo durante un periodo de dos años. Siendo Miguel Angel Yunes uno de
los aspirantes al cargo, se inconformó con dicha iniciativa, presentó sus
argumentos y acudió al comité nacional del partido para que esta instancia
intervenga y llame a cuentas al coordinador de la bancada panista, Julen Rementería
del Puerto.
El pasado 20 de junio, el ex alcalde de Veracruz retó a
Yunes Linares a debatir sobre el tema de la homologación de las elecciones locales
con los procesos federales. El ex director del ISSSTE, por su parte, se
apresuró a tomarle la palabra y aceptó el duelo verbal. Las partes acordaron
entonces que el intercambio ocurriera este viernes 27 del presente en la sede
del poder legislativo veracruzano.
Ayer, sin embargo, el pleno de la Legislatura acordó que no
se usen sus instalaciones para dirimir los conflictos internos de los partidos
políticos.
Hubo reacciones: Agustín
Basilio de la Vega, representante del PAN ante el órgano electoral, consideró
que el espacio apropiado para ese debate es la propia sede del partido y no el
Congreso veracruzano, que tiene otros fines. No le falta razón, sobre todo porque
el edificio de la Legislatura no debe convertirse en el cuadrilátero donde los
partidos resuelvan los asuntos polémicos de su vida interna. @luisromero85, http://luisromero85.blogspot.mx/
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