Luis Alberto Romero
El pasado fin de semana, un grupo de reporteros de
Martínez de la Torre realizó un ejercicio periodístico que consistió en hacer
lo que se observa como una obligación del órgano responsable de la
fiscalización y la revisión del ejercicio del presupuesto de las instancias
gubernamentales, el Orfis: recorrieron algunas obras que el ayuntamiento que
preside Rolando Olivares Ahumada reportó como concluidas y pagadas, pero se
encontraron con que los trabajos no estaban terminados.
El ayuntamiento se apresuró a desmentir lo que los
reporteros documentaron cruzando la información derivada de la página de
internet del Orfis (el reporte del avance de obra del propio gobierno municipal),
con los testimonios de los habitantes, y con la supervisión física de los
lugares que supuestamente fueron beneficiados.
Ante la contundencia de los señalamientos, el
ayuntamiento de ese lugar sólo atinó a negar lo que fue evidente; y señaló a la
diputada local por ese distrito, María Elisa Manterola, por supuestamente entorpecer
la transformación y el avance del municipio.
Este miércoles, la legisladora panista, quien preside la
Mesa Directiva en el Congreso local, abordó el tema y argumentó que ante las
denuncias ciudadanas es necesario que tanto la Comisión de Vigilancia como el
Órgano de Fiscalización Superior intervengan en el caso.
Subrayó que algunas obras fueron reportadas por el
ayuntamiento como si estuvieran al 100 por ciento en avance físico y
financiero; es decir, concluidas y pagadas, pero no fueron terminadas, lo que
constituye una irregularidad que debe ser investigada y sancionada.
Puso algunos ejemplos: obras en las calles Guillermo
Prieto (más de 791 mil pesos); Jorge Todd (1 millón 978 mil pesos); y Miguel
Hidalgo (1 millón 384 mil pesos); así como en la Río Pánuco (poco más de 2
millones 32 mil pesos).
Esas obras tienen un común denominador, fueron reportadas
como terminadas pero no lo están.
La legisladora local sostuvo, en una conferencia de
prensa, que el alcalde Rolando Olivares aceptó en una entrevista que las obras
se están realizando y que el retraso de las mismas obedece a que los recursos económicos
no llegaron a tiempo. Ese fue, en síntesis, el problema del frágil argumento
del edil: si las obras apenas se construyen ¿Por qué fueron reportadas al Orfis
como terminadas?.
Pues bien, ese enredo en el que cayó Olivares Ahumada,
derivado de la evidente pobreza de argumentos, fue llevado a la Legislatura por
la diputada María Elisa Manterola. Sin embargo, es probable que las acusaciones
de la legisladora sólo puedan acreditar una irregularidad relativamente menor:
la falsedad en el reporte del ayuntamiento de Martínez de la Torre al Orfis,
dado que esas obras corresponden al ejercicio 2016, que todavía no pasa a
revisión; en pocas palabras, si el gobierno municipal termina las obras citadas
y las entrega a los beneficiarios podría librarla sin más consecuencias que una
sanción económica por la falsedad, la mentira.
El problema es que el caso presentado por Manterola Sainz
es suficiente para que las auditorías y revisiones a ese gobierno municipal,
por parte del Orfis, sean mucho más estrictas.
Con un gobierno municipal políticamente
disminuido, dado que su más importante alianza es con el desgastado diputado
federal Edgar Spinoso Carrera, Rolando Olivares se encuentra hoy contra las
cuerdas.
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