miércoles, 1 de febrero de 2017

Control político a billetazos

Luis Alberto Romero

En el proceso de solución al conflicto derivado del cierre de las válvulas de la presa Yuribia, en la zona sur de la entidad, el gobernador Miguel Ángel Yunes señaló que la administración Duarte cedió al chantaje de los ejidatarios de Tatahuicapan y terminó por entregar dinero en efectivo a cambio de que los manifestantes no interrumpieran el suministro de agua a la población de los municipios de Coatzacoalcos, Minatitlán y Cosoleacaque.
Yunes Linares informó el pasado 5 de enero que el gobierno de la entidad, la administración pasada, entregó al grupo que encabeza Lino González algo así como 60 millones de pesos, de lo que quedó constancia en las minutas firmadas por funcionarios estatales.
Se infiere entonces que si el grupo de Tatahuicapan no cerraba las válvulas de la presa Yuribia no fue porque el gobierno estatal haya cumplido con su obligación de hacer valer el estado de derecho, sino porque Javier Duarte determinó ceder al chantaje y entregar no sólo dinero en efectivo –algo irregular, anómalo– y hasta plazas en el sistema municipal de agua de Coatzacoalcos.
Al llegar la presente administración, el grupo de Lino González intentó realizar las mismas medidas de presión, pero se topó con la negativa del ejecutivo estatal, que no cedió al chantaje y utilizó a la fuerza pública como instrumento para evitar las afectaciones a una población cercana a los 500 mil habitantes.
El tema de la entrega de dinero público, en efectivo, del gobierno estatal a grupos campesinos y políticos resurgió ahora, cuando el gobernador veracruzano declaró que algo similar ocurrió con la organización denominada “Movimiento de los 400 Pueblos”, encabezada por Cesar del Ángel Fuentes, recluido desde el pasado 27 de enero.
De acuerdo con dicha versión, el dirigente de esa agrupación recibía dinero por manifestarse, unos 40 millones de pesos anuales, que salían del erario público y que, por cierto, hubieran servido para fines más benéficos a la sociedad, como la reparación de escuelas.
El anuncio de Yunes Linares sobre la relación del anterior gobierno estatal con los 400 Pueblos no resulta sorpresivo, como no lo es la captura del dirigente de dicha organización. Desde hace años había trascendido que la administración de Duarte de Ocho financiaba a Cesar del Ángel, que era usado para manifestarse contra los enemigos del entonces gobernador.
Ya había trascendido, también, el hecho de que las personas que se desnudaban en las protestas de esa agrupación no lo hacían por convicción, sino por necesidad; es decir, recibían dinero a cambio. Tal vez la única novedad sean los montos de ese financiamiento.
En todo caso, lo lamentable es que existan organizaciones campesinas, sociales y políticas que lucren con la necesidad y con la miseria de esa gente; censurable también es el que el gobierno estatal se haya prestado a ello, y destinado recursos para estos fines, porque, por ejemplo, sólo entre los 400 Pueblos y los ejidatarios de Tatahuicapan ya se fueron más de 100 millones de pesos de los veracruzanos, en una entidad con los problemas financieros que enfrenta Veracruz.
Por otro lado, es evidente que cuando el control político se basa en cañonazos de billetes, es más falso que una moneda de tres pesos… y así quedó demostrado en la zona sur del estado. Finalmente, cualquiera controla organizaciones, incluso gana elecciones, cuando la estrategia se basa en el reparto de dinero y prebendas; en problema es que ese control político es ficticio y, por tanto, resulta inútil y se pierde tarde o temprano, como quedó demostrado en Veracruz.

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