Luis Alberto Romero
Ante la crisis financiera de los ayuntamientos
veracruzanos, provocada en gran medida por el hecho de que las participaciones
federales no fueron liberadas por la Secretaría de Finanzas del anterior
gobierno del estado, fue evidente la parálisis de muchos gobiernos municipales
de la entidad, que comenzó a observarse durante el segundo semestre del año
pasado y que se profundizó a partir de noviembre.
Como se recuerda, prácticamente todos los ayuntamientos
de la entidad protestaron en el último trimestre de 2016 por ese recorte y por
el presunto desvío de los recursos que correspondían a los municipios. Los
priistas, por ejemplo, se trasladaron a la Ciudad de México, donde sostuvieron
reuniones en el Senado de la República y en la Secretaría de Hacienda y Crédito
Público. Panistas y perredistas literalmente tomaron Palacio de Gobierno y Casa
Veracruz, como medida de presión para que el gobierno estatal entregara el
dinero que retuvo indebidamente.
Al margen de las acciones realizadas por los alcaldes
para recuperar el dinero que fue desviado por el gobierno estatal, valdría la
pena comentar que, de forma paralela a esas gestiones, en algunos casos los ediles
determinaron recortar gastos, reducir sus expectativas en materia de obra
pública y acciones de gobierno, o bien adelgazar la nómina y despedir a
funcionarios cuya labor no resultaba estrictamente necesaria para el
funcionamiento de la administración municipal.
Sin embargo, muy pocos ayuntamientos acompañaron esas
acciones de reducción del gasto con un trabajo de fomento a la inversión, para
reactivar la economía local.
Un ejemplo de dicho trabajo está en la zona norte de
Veracruz, en Tuxpan, donde el gobierno municipal ha aprovechado bien las
ventajas de una ubicación geográfica privilegiada, y de la operación de un
puerto cercano al altiplano, para buscar empresas que realicen nuevas
inversiones y generen empleos.
El pasado viernes 3, por ejemplo, el ayuntamiento de
Tuxpan, que encabeza Raúl Ruiz Díaz, recibió al embajador de la República
Popular China en México, Qiu Xiaoqi, diplomático en cuya agenda tienen una
presencia importante los temas de la relación entre ese país oriental y América
Latina, y la mayor cooperación en turismo entre China y México.
El embajador chino y el alcalde tuxpeño sostuvieron una
reunión en la que hablaron de las oportunidades de inversión en Tuxpan y, en
general, en la zona norte de Veracruz; y de la promoción turística y cultural.
En el encuentro, Qiu Xiaoqi manifestó que los empresarios
e inversionistas ven a Tuxpan como un municipio en desarrollo y con potencial
para la inversión; asimismo, ponderó la riqueza natural y cultural de la
huasteca y de forma particular del citado municipio. Dijo que ese lugar no debe
perderse de vista, dada su cercanía a la Ciudad de México, que se beneficia con
la autopista.
“Tuxpan es una ciudad que está en pleno desarrollo y
vemos muchas posibilidades de cooperar… además, estamos aquí para establecer
una amistad con el gobierno de Tuxpan”, apuntó el diplomático, quien señaló que
ese municipio es un ejemplo de desarrollo.
Pues bien, haciendo a un lado las potenciales inversiones,
así como la relación comercial y el fomento al turismo, lo importante es
destacar el hecho de que ante la crisis económica, el gobierno municipal de
Tuxpan no se cruzó de brazos ni limitó su funcionamiento únicamente al tema de
la obra pública.
La visita de Qiu Xiaoqi a ese puerto veracruzano es un ejemplo
de lo que las autoridades locales pueden hacer para compensar la falta de
recursos: promover a sus municipios como destino para la inversión privada y el
turismo.
En fin, esperemos que ese trabajo se refleje en
el futuro en la generación de empleos y en la reactivación económica de ese
municipio, y de la zona norte en general.
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