Luis Alberto Romero
El pasado 8 de julio, ante la Legislatura del Estado, el ejecutivo
veracruzano presentó una iniciativa relacionada con la operación de los centros
de verificación vehicular, a fin de controlar de manera más eficiente a los
módulos que funcionan para ello y que en muchos casos se han caracterizado por
privilegiar el precio del engomado por encima de los criterios estrictos que
deben prevalecer.
Actualmente, quien paga los 185 pesos por la verificación
realiza el trámite sin importar ni el modelo, ni el estado mecánico, ni las
emisiones de la unidad porque, como dicen los verificadores “todos pasan.”
Debido a ello, la iniciativa turnada al Congreso de
Veracruz busca dar mayores facultades a
la Secretaría del Medio Ambiente y a la Procuraduría de esa materia, aplicar
multas a los propietarios de los automotores que no sean revisados y
concesionar la operación de los centros de verificación por 20 años con la
posibilidad de duplicar el periodo.
El documento también expone la necesidad de instalar fuentes
de monitoreo de la calidad del aire, a fin de garantizar a los ciudadanos un
entorno ambiental con menos índices de contaminación y mejor calidad del aire.
En ese contexto, Duarte de Ochoa propuso reformar la Ley
Estatal de Protección Ambiental, el Código Financiero y la Ley de Tránsito y
Transporte para el Estado de Veracruz.
De acuerdo por el boletín emitido por la oficina de Comunicación
Social de la Legislatura del Estado, la propuesta del gobernador plantea, en su
parte central, “otorgar facultades en materia de prevención y control de la
contaminación a la Sedema y a la Procuraduría de Medio Ambiente, para
establecer y prestar el servicio público de verificación de calidad del aire… y
limitar o prohibir la circulación de los vehículos cuyos niveles de emisión de
contaminantes rebasen los límites máximos permisibles que marca el Programa de
Verificación Vehicular Obligatoria.”
El tema va de la mano del aumento en el parque vehicular
veracruzano; sólo en la ciudad de Xalapa, el incremento es alarmante: la ciudad
pasó de 37 mil unidades en 1987 a casi 68 mil vehículos hace una década. Hoy,
más de 160 mil automóviles circulan en esta capital, que se ha convertido en
una de las ciudades más complicadas del país en cuanto a la vialidad. Por si
fuera poco, cada año se suman otros 10 mil autos al parque vehicular xalapeño;
lo peor es que de acuerdo con la Alianza Veracruzana de Centros de
Verificación, solo el 35 por ciento de las unidades cumplen ese requisito.
Podríamos decir que existe un auto por cada tres habitantes
y por cada dos casas habitación hay tres automóviles. Proporcionalmente, Xalapa
casi triplica en esa materia al Distrito Federal, donde existe un auto por cada ocho
habitantes. Si a eso le sumamos las unidades del servicio público, más de mil
500 autobuses y 7 mil taxis, el panorama se complica todavía más, porque muchos
autos ya no están en condiciones de circular.
Las multas, la
medición de la calidad del aire y el retiro de las unidades que no sean
verificadas son disposiciones que podrían resultar poco populares, sobre todo
si se considera el alto número de vehículos viejos, chatarras que ruedan por
calles, avenidas y carreteras veracruzanas y que son verdaderos focos de
contaminación; sin embargo, son medidas necesarias para evitar problemas
futuros, como los relacionados con la salud pública. @luisromero85, http://luisromero85.blogspot.mx/
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