Luis Alberto Romero
Para la sucesión en Veracruz faltan más de dos años; antes
de eso habrá de celebrarse, en 2015, la elección federal intermedia para la
renovación de la Cámara Baja. En ese contexto, los partidos políticos trabajan
en dos pistas: la selección de candidatos para el proceso del próximo año y las
contiendas internas entre sus aspirantes a buscar el poder ejecutivo de la
entidad.
Se trata de temas diferentes pero que aparecen entrelazados
porque de los resultados del próximo año podría depender la selección de los
candidatos en 2016.
En el caso del Partido Acción Nacional, ya con su nueva
dirigencia estatal –que entrará en funciones este año–, 2015 será el termómetro
para medir el resultado de la aparente alianza entre los grupos internos;
veremos también quién se perfila para aparecer en las boletas electorales de
2016; y observaremos el resultado de esa unidad y lucha de contrarios: por un
lado, Miguel Angel Yunes, José Mancha y Joaquín Guzmán Avilés; por el otro, Julen
Rementería, Enrique Cambranis y Juan Bueno.
En el otro frente de batalla, para el Partido Revolucionario
Institucional, 2015 también será el año que podría definir el rumbo de la
sucesión en el ejecutivo: a los dos aspirantes claramente identificados, Héctor
Yunes Landa y José Francisco Yunes Zorrilla, se sumarían algunos diputados
federales que serán electos el próximo año; de antemano, se mencionan los
nombres del actual coordinador de Comunicación Social del Gobierno del Estado,
Alberto Silva Ramos, quien buscará la curul federal por el distrito de Tuxpan;
y el secretario General de Gobierno, Erick Lagos Hernández, quien será
postulado por Acayucan.
Esas dos opciones del PRI, Silva Ramos y Lagos Hernández, se
fortalecerían de pasar, como así parece, la propuesta de una gubernatura de dos
años, que iniciaría en 2016 y concluiría en 2018, para que el ejecutivo que
entre en funciones ese año sea electo en el mismo proceso que el próximo
presidente de la República.
Por otro lado, para que esas cartas del grupo en el poder
sean realmente viables, no sólo deberán ganar las elecciones en sus respectivos
distritos, sino, literalmente, avasallar a la oposición y, en ese sentido, una
clara ventaja lleva el vocero del gobierno veracruzano, quien ya fue alcalde de
la cabecera distrital y secretario de desarrollo social en el estado.
Del Partido de la Revolución Democrática mejor ni hablar
porque a pesar de que su dirigente estatal, Sergio Rodríguez Cortés, diga que se
postulará a un candidato ciudadano de probada calidad moral y trayectoria, lo
cierto es que salvo el actual diputado federal por el distrito de Xalapa, Uriel
Flores Aguayo, el Sol Azteca no cuenta con personajes de talla estatal que
puedan representar una competencia real en una elección Constitucional; por si
fuera poco, la presencia del PRD en Veracruz se ha reducido considerablemente
en la última década.
Para aclarar un poco el panorama, lo que falta es saber si
se modificará la Constitución Política del Estado para dar paso al periodo de
dos años en la gubernatura; en ese punto ya han coincidido PRD y Movimiento
Ciudadano, así como una de las fracciones más importantes del PAN. En recientes
declaraciones, incluso, el gobernador Javier Duarte ha dejado abierta esa
posibilidad, que convence a muchos actores y protagonistas de la política
estatal menos, por supuesto, a los directamente afectados. @luisromero85
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