lunes, 30 de enero de 2017

Se carrancearon el celular

Luis Alberto Romero

Aunque se tejen muchas anécdotas e historias sobre el origen del regionalismo carrancear, lo cierto es que dicho término ha sido utilizado en México como sinónimo de robar.
Se dice que en la época revolucionaria, el verbo carrancear era usado como sinónimo de hurtar, debido a que cuando Venustiano Carranza y los suyos llegaban a los pueblos, procedían a apropiarse de lo ajeno para allegarse de los recursos que necesitaban; dicho de otra manera, despojaban a la gente de sus bienes, con el pretexto de la lucha armada.
Existe una anécdota, cuya veracidad es cuestionable, que habla del posible origen de la palabra y que se refiere a una recepción que habría organizado Carranza Garza en el Castillo de Chapultepec en honor a un ministro español; el representante de la Península Ibérica quedó entre Álvaro Obregón y Cándido Aguilar, entonces secretarios de Guerra y Marina y de Relaciones Exteriores respectivamente, y frente al presidente mexicano. De acuerdo con esta versión, avanzada la reunión, el español acusó el robo de un fino reloj, oro y brillantes, herencia familiar de incalculable valor.
Ocurre que junto al español estaba Obregón, sin un brazo luego de la batalla de Celaya, y Cándido Aguilar, con parálisis en una mano. La anécdota refiere que el político ibérico lamentó “esto no es un gobierno, es una cueva de ladrones”; acto seguido, Carranza se acerca al agraviado con la joya en la mano y suelta “tome usted y calle de una vez”. La respuesta del ministro español no podría ser más ingeniosa: “¡ah señor presidente; por algo le llaman a usted el primer jefe”, como diciendo que era el que mandaba en la cueva de ladrones.
Viene el recuerdo del término carrancear, prácticamente en desuso, por el vergonzoso episodio ocurrido hace unos días en la Legislatura del Estado: el diputado independiente Sebastián Reyes Arellano solicitó a la presidenta de la Mesa Directiva que se incluyera en la sesión el tema de la reducción en el número de regidurías; incluso, el legislador, ex militante de Morena, se encadenó a la tribuna. Fue en ese momento cuando el teléfono celular del diputado cambió de manos; entre la discusión y las protestas se carrancearon el aparato, un Motorola cuya línea fue cancelada de inmediato por el propietario.
El tema no queda ahí; al concluir la sesión circuló un video que inculpa nada menos que a otro legislador, legisladora en este caso, la diputada por Morena María del Rocío Pérez Pérez, del distrito de Cosoleacaque, quien fue observada en actitud sospechosa junto a la curul del diputado que denunció el robo de su celular.
María del Rocío Pérez es la misma diputada que fue señalada por presuntamente estar detrás de los ejidatarios de Tatahuicapan que cerraron las válvulas de la presa Yuribia, lo que dejó sin suministro de agua durante unos días, al inicio del año, a los habitantes de Coatzacoalcos, Cosoleacaque y Minatitlán.
La diputada Rocío Pérez pronto fue calificada en las redes sociales con el mote de #ladycelular.
En respuesta, la legisladora por Morena rechazó haber hurtado el teléfono y denunció una campaña que busca desprestigiarla; dijo que el video que circula le coloca en una situación incómoda y que es un intento burdo por ocasionarle un daño a su persona y a su honorabilidad. Agregó que se trata de una imagen editada y que en sus manos no tenía el celular que le robaron al diputado Sebastián Reyes, sino uno de su propiedad, así como su agenda de trabajo.
El video, por supuesto, permite que uno piense y vea lo que quiere; hay quien afirma que la imagen no engaña y que es evidente que la legisladora se acerca a la curul del diputado con la intención de llevarse el aparato; por otro lado, también hay opiniones en el sentido de que las cosas no son tan claras.
Personalmente me cuesta trabajo imaginar el robo de un teléfono en la sede del pleno del Congreso del Estado, donde hay muchas cámaras de video (y por lo visto, también ladrones). Por otro lado, uno pensaría que el hurto de un celular es un acto de vándalos y delincuentes, no de diputados.

Como sea, el hecho es que el teléfono celular de Sebastián Reyes fue carranceado, como dirían en la época revolucionaria, en el salón de plenos de la Legislatura; sólo falta saber, a ciencia cierta, quién sería, en este caso, el primer jefe del Congreso Local… y eso que todavía no llegamos al año de Hidalgo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Congreso veracruzano, costoso, improductivo y opaco

Luis Alberto Romero El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) dio a conocer un estudio, el Informe Legislativo 2017, sobre el...