Luis Alberto Romero
La salida del ex gobernador Fidel Herrera Beltrán del
consulado de México en Barcelona desató toda clase de especulaciones sobre los
motivos de dicho movimiento; unos apuntan que el ex ejecutivo veracruzano fue
obligado a renunciar desde el gobierno federal, como consecuencia del escándalo
derivado de las acusaciones sobre la administración de medicamentos clonados a
pacientes con cáncer; otros, los defensores del de Nopaltepec, aseguran que
pronto le veremos encabezando la alianza PRI-Verde-Panal para buscar recuperar
el gobierno estatal.
Como sea, la salida de Herrera Beltrán del consulado fue
la nota que acaparó las portadas y los espacios privilegiados en la prensa
estatal veracruzana, debido al morbo que provoca el regreso al país, y sobre
todo a la entidad, de un personaje de las características del ex gobernador,
quien por años ha protagonizado una rivalidad política con el actual ejecutivo,
Miguel Ángel Yunes Linares –hay quien
asegura que la mala relación entre ambos podría calificar como enemistad, odio
incluso–.
Pues bien, Fidel Herrera regresa a Veracruz con el
sambenito de la corrupción y el fraude relacionado con los medicamentos
clonados y con el suministro de agua destilada en vez de quimioterapia a
enfermos de cáncer; también se le señala por el endeudamiento exagerado e
injustificado; por una administración irresponsable; por el saqueo; y por el
peor pecado que señala la inquisición política contemporánea: dejar a un pésimo
sucesor en el cargo, quien terminó por capitular, entregar la plaza y emprender
la cobarde huida.
El ex gobernador Herrera vuelve, decía, en medio del
escándalo; este lunes, declaró que regresará a la entidad para defenderse; que
estará en el país el fin de semana y que él mismo encabezará su defensa ante
las acusaciones que pesan en su contra; que demostrará su inocencia; y que en
el caso de los medicamentos apócrifos a pacientes con cáncer, 450 niños que
recibieron tratamiento serán sus testigos.
Apuntó que la Procuraduría General de la República, PGR,
debe atraer el caso derivado de las denuncias por los medicamentos falsos, dado
–dijo– que la Fiscalía estatal es controlada por el ejecutivo.
En respuesta, el actual mandatario estatal descartó que
la PGR deba intervenir, en virtud de que se trata de un asunto local; recordó
que existen denuncias de la Auditoría Superior de la Federación por un presunto
desvío de recursos, 530 millones de pesos, del Seguro Popular, durante la
administración de Herrera Beltrán, a quien Yunes Linares ha calificado como un
“profesional de la mentira”.
El asunto es que al margen de las acusaciones en su
contra, Fidel Herrera llegará próximamente a nuestro país; dicha noticia
enrareció de inmediato en ambiento político veracruzano porque, además, se
produce unos días después de que el PRI anunciara su alianza con el Partido
Verde, que en la entidad es controlado precisamente por el hijo del ex
gobernador, Javier Herrera Borunda, actual diputado federal.
Vendría FHB a
operar las elecciones para el PRI
El escenario que apunta a que Herrera Beltrán sólo llegará
para encabezar su defensa jurídica no resulta del todo creíble; lo más probable
es que el ex ejecutivo de la entidad vendrá también a reorganizar a un priismo veracruzano
sin pies ni cabeza y desarticulado tras la derrota de 2016; en ese contexto,
corren versiones en el sentido de que Fidel Herrera estará en Veracruz para
operar el proceso electoral local del presente año, las municipales; y que
preparará el terreno para la elección federal de 2018, cuando se votará por
presidente de la República, gobernador, senadores, diputados federales y
legisladores locales.
Hay que recordar que el PRI veracruzano actualmente
carece de figuras que garanticen un buen resultado en las elecciones del
presente año. En ese sentido, Fidel Herrera llegaría a reorganizar a un grupo
que hoy se ve desdibujado, las viudas de la fidelidad y del duartismo, a
quienes se podrían sumar los grupos políticos que son desplazados y excluidos
por el actual gobierno del estado.
Por otra parte, en cuanto a las denuncias que pesan
contra Herrera Beltrán, dos factores llaman la atención: primero, la posible prescripción
del delito; y segundo, el hecho de que las cuentas públicas de los seis años de
ese gobierno ya fueron validadas.
Finalmente, Fidel Herrera viajará pronto del aeropuerto
El Prat, en Barcelona; a Barajas, en Madrid, para de ahí salir al Benito Juárez
de la Ciudad de México. Con su llegada iniciará una reedición de la vieja
rencilla entre el ex gobernador y el actual mandatario, un pleito que podría
convertirse en un verdadero encontronazo político.
Por cierto, hay quien desde ahora observa una posible
contienda por el gobierno del estado, en 2018, entre los hijos de esos dos
personajes: el diputado Javier Herrera Borunda, por un lado; y el alcalde de
Boca del Río, Miguel Ángel Yunes Márquez, por el otro; algo así como una lucha
máscara contra cabellera, de pronóstico reservado. @luisromero85
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