Luis Alberto Romero
Hasta hoy, el candidato de la alianza “Para Rescatar Veracruz” al
gobierno del estado, Miguel Ángel Yunes Linares, no ha dado respuesta a las acusaciones
lanzadas por sus adversarios y por algunos medios informativos nacionales e
internacionales.
De hecho, cuando Yunes Linares ha intentado responder o aclarar los
señalamientos en su contra, invariablemente ha utilizado explicaciones
frágiles, réplicas sin mucho peso, y por tanto, sus aclaraciones han resultado
débiles.
El argumento de la guerra sucia en su contra ya parece gastado, y las
acusaciones contra las cadenas de televisión nacional carecieron de eco y
contundencia; lo peor para la causa panista es que ese aparente enfrentamiento
con algunos medios es un asunto que se le podría revertir a su candidato,
cuando todavía no llegamos a la mitad de la campaña electoral.
Si en el arranque del proceso parecía que el aspirante del albiazul
partía con ventaja en la contienda, la consistencia, la frecuencia y la masiva
difusión de los señalamientos contra Yunes Linares podrían dar un giro a lo que
se veía como un predecible resultado adverso para el PRI y su candidato, Héctor
Yunes Landa.
Al parecer, la estrategia del tricolor no sólo pasa por la promoción de
propuestas y plataforma, por la agenda del candidato y la organización de la
vieja y oxidada estructura, sino que busca aprovechar en todo su potencial las
debilidades del adversario; es decir, la imagen de represor y las acusaciones
por presuntos actos de corrupción y enriquecimiento inexplicable.
Ante dicho escenario, Miguel Ángel Yunes se ha limitado a decir no responderé a los ataques, ni a la guerra
sucia, a señalar la intervención del gobierno estatal en la contienda y a
denunciar una estrategia para bajar al puntero.
De las acusaciones, ni una palabra; probablemente, en su estrategia de
campaña eso resulta innecesario; sin embargo, ello podría representarle puntos
en contra, lo que en el futuro puede ser la diferencia entre ganar y perder;
entre ser el sucesor de Javier Duarte o quedarse, otra vez, en el camino, a un
paso.
Así las cosas, Yunes Linares ha sido, hasta ahora, un boxeador que
entró al ring dispuesto a no subir la guardia, a cabecear para esquivar golpes
que no responde, a mantener la distancia y, sobre todo, a no fajarse, contrario
a lo que sus simpatizantes esperarían de un púgil de buena pegada, acostumbrado
al ataque sobre la defensa.
En el ring de la política veracruzana, Miguel Ángel Yunes ha recibido
todo tipo de golpes… y sigue sin responder; sus únicos contraataques no van
dirigidos contra su principal adversario en la contienda, Héctor Yunes Landa,
sino contra el gobernador Javier Duarte, quien, a diferencia del candidato
priista, es un blanco fácil para la crítica, además de enfrentar un desgaste
impresionante por los problemas que registra la entidad: deuda pública,
desempleo, inseguridad, corrupción, impunidad, etcétera.
Por otro lado, quienes conocen de cerca a Yunes Linares apuntan que es
muy poco probable que el candidato de PAN-PRD mantenga esa estrategia conforme
avancen los días y las semanas; dicen que intensificará su crítica contra el
gobierno del estado e incluirá en los destinatarios de sus dardos al abanderado
del PRI. En todo caso, el problema es el parque, sobre todo porque Yunes Landa
no ha sido señalado, hasta hoy, por conductas que pudieran cambiar la
percepción de la opinión pública sobre su persona.
Atribuyen al panista enorme
fortuna
Este lunes, un diario de circulación nacional aborda el tema de los
señalamientos contra el candidato albiazul al gobierno del estado; el medio retoma
supuestas investigaciones de la Procuraduría General de la República y apunta
que el panista no tendría 11 propiedades, como él declaró, sino bienes por 133
millones de pesos. Incluso, se dice que el monto de la fortuna de Yunes Linares
podría llegar a 400 millones.
Dicho trabajo, que cita al ex dirigente nacional del PAN, Manuel Espino
Barrientos, habla de supuestas cuentas de Miguel Ángel Yunes en Estados Unidos
e Indonesia por 6.05 millones de dólares, más de 100 millones de pesos que, por
supuesto, no aparecen en la declaración 3de3 del candidato panista, que
establece un patrimonio cercano a 15 millones de pesos, que incluye ingresos,
una casa en Estados Unidos, yate y vehículos, obras de arte, inversiones y
hasta deudas.
Los detractores de Yunes Linares –que no son pocos–, atribuyen al
panista una inmensa fortuna que incluiría una mansión en el Club de Golf de
Alvarado, una casa en El Pedregal de la Ciudad de México, otra en Coyoacán,
gasolineras, propiedades en Morelos, Xalapa, Cancún y Boca del Río, y ranchos
en Tierra Blanca y Tres Valles, todo por un monto cercano a 400 millones de
pesos.
Por su parte, el candidato panista parece que no ha estimado necesario
explicar dichos señalamientos y ha centrado su discurso en el ajuste de cuentas
contra el gobierno estatal.
Se observa difícil, sin embargo, que el
candidato de la alianza “Para Rescatar Veracruz” mantenga esa tendencia; lo
predecible es que pase, en cuestión de días, a una ofensiva mucho más
contundente, que suba la guardia y comience a responder los golpes que ya comienzan
a desgastarle y hacerle daño. @luisromero85
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