El gobernador Javier
Duarte anunció una millonaria inversión de recursos federales para el combate a
la pobreza en la entidad: 30 mil millones de pesos que este año servirán
también para sacar del rezago y la marginación a miles de familias
veracruzanas.
Duarte de Ochoa
apuntó que no sólo se busca combatir la condición de pobres, sino de alcanzar
una transformación de esa condición social. De igual forma, indicó que más de
726 mil familias recibirán recursos del programa Oportunidades y que con esa
estrategia se espera alcanzar la meta trazada al inicio del sexenio, en cuanto
a la reducción de los niveles de pobreza en un 50 por ciento.
Sin embargo, a pesar
de que durante los últimos 20 años, el presupuesto para el combate a la pobreza
se ha multiplicado, el número de pobres en el país no desciende; actualmente
existen más de 11.5 millones de mexicanos en pobreza extrema y en Veracruz, más
del 50 por ciento de la población sobrevive con bajos ingresos.
En 1988, el entonces
presidente Carlos Salinas de Gortari anunció el Programa Nacional Solidaridad
como un apoyo a las familias y asentamientos poblacionales pobres y marginados;
luego, cada presidente de la República, sin excepción, ha instrumentado
acciones más o menos parecidas con el fin de abatir los índices de pobreza en
México. Ninguno ha tenido éxito porque el número de pobres, lejos de disminuir,
ha crecido de forma preocupante.
En el ámbito
nacional, de acuerdo con datos de Coneval, de 2010 a 2012, el número de pobres pasó de 52
millones 800 mil personas a 53 millones 300 mil; es decir, hay 500 mil pobres
más en un periodo de dos años.
Por si fuera
poco, hay 40 millones 700 mil mexicanos vulnerables por bajos ingresos,
mientras que en 2010 la cifra alcanzaba a poco más de 38 millones.
La pobreza
alimentaria pasó de 21.5 millones de habitantes a 23.1 millones.
Veracruz, de acuerdo
con la misma fuente, es una de las diez entidades
con mayor índice de pobreza alimentaria; personas cuyos ingresos no son
suficientes para cubrir sus necesidades más elementales. No sólo se habla de
pobreza, sino de marginación y carencias sociales.
El problema es que se destinan recursos para el gasto social
y no se avanza en materia de pobreza extrema y alimentaria.
Hace casi un año, el 10 de abril de 2013, se llevó a efecto
el Foro “Ejercicio del Gasto Público: experiencias internacionales”, organizado
por el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados,
en el que participaron especialistas del Banco Interamericano de Desarrollo, de
la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, de la Comisión
Económica para América Latina, y del Banco Mundial, quienes coincidieron en que
en México, el presupuesto se enfoca al control del gasto y no a la supervisión
y evaluación de los resultados, por lo que es limitado el impacto de los
programas del combate a la pobreza.
El reto, concluyeron,
no es gastar mucho, sino aplicar el recurso con eficiencia, cosa que en nuestro
país no ha existido, entre otros factores, porque las oficinas del ramo se usan
como agencias de colocaciones y, entonces, el dinero se queda en el pago de la
nómina de la burocracia y no llega a quienes deberían ser los destinatarios del
gasto social. @luisromero85
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