Luis Alberto Romero
Ayer retomaba datos de la Secretaría de Agricultura del
gobierno federal sobre la disparidad que prevalece en el medio rural de
Veracruz, entre los productores que se dedican a la comercialización y
aquellos, la mayoría, que sobreviven con cultivos de subsistencia.
Si la actividad agrícola y, sobre todo, la población rural
de la entidad enfrenta severos problemas, el panorama de la ganadería es
igualmente lastimoso: al equipamiento limitado se suman factores como el bajo
nivel de producción y el alto costo de los forrajes y las materias primas.
Por si fuera poco, es muy reducida la productividad y la
rentabilidad en carne y leche de bovinos, en cerdos y en aves.
De acuerdo con el diagnóstico de la Sagarpa, en Veracruz es
muy limitado el impulso a la producción, organización y comercialización del
ganado; por ello, quienes se dedican a la cría y engorda de animales son presa
fácil de los intermediarios, que se llevan el mayor porcentaje de las
ganancias.
No sólo eso: se habla de un bajo nivel de tecnología que
limita el mejoramiento de la calidad de los productos e impide la aplicación de
normas de inocuidad y salud animal.
El panorama de la ganadería en el estado es más o menos
parecido a la situación que se observa en la agricultura: hay pocos productores
que manejan sistemas modernos y competitivos y muchos, la inmensa mayoría, que
utilizan métodos tradicionales y que registran bajos ingresos.
En Veracruz, la actividad ganadera ocupa más del 50 por
ciento de la superficie total del estado, con más de tres millones 700 mil
hectáreas; casi toda esa superficie es dedicada a la ganadería extensiva con
libre pastoreo; hay 164 asociaciones ganaderas locales con casi 55 mil
afiliados, así como más de 80 asociaciones generales que agrupan a 4 mil
socios.
El promedio anual en la producción es de más de 220 mil
toneladas de carne y casi 700 millones de litros de leche; el 14 y el 7 por
ciento de la producción nacional, respectivamente.
Sin embargo, el problema principal es la disparidad en el
medio rural y el alto número de productores que se encuentran en rezago y, por
consiguiente, en la pobreza.
No se trata de una situación privativa de Veracruz; todos
los estados del país enfrentan problemas y retos muy parecidos en cuanto a las
actividades del sector primario de la economía.
Los datos son reveladores: el 22 por ciento de los mexicanos
habita en el campo, donde se concentra el 63 por ciento de la población en
condiciones de pobreza alimentaria.
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